Un Cadáver Exquisito
Esto fue lo que resultó producto del ocio que nos atacaba en la clase de mate. Los créditos al jaime, al camilo, al pato y a yo...ja. El título también fue pura cración cadavérica.
La Caída y el Principio del Fin de la Transmición del Amor Vernáculo, Sagrado y Cristiano, por los Siglos de los Siglos, Amén
Roma, la noche cierne lúgubre en la Capilla Sixtina. Me retiré de las pistas de un amor furtivo que me volvía totalmente loco y que me hacía luchar contra la pared inexorable de una sociedad machista conservadora, el qué dirán.
La opción no fue algo al azar, sólo nace como una flor en medio de una selva triste y monótona como Santiago en una tarde de domingo, paseando por el forestal, comiendo helado y pensando en lo que vendría.
Las gotas de sudor frío bajaban por su frente. Estaba congelado, paralizado por ese aterrador pensamiento. Las imágenes le nublaban la mente. Pronto llegaría.
La muerte, con sus alas negras ya llega, no me gusta esperar, y las imágenes ahora me llevaban a mi historia, mis amores, mis crímenes, todo lo que he hecho ya terminaría. Llegó, se acerca a mí. Comienza a llover, el cardenal se sienta, oigo su respiración y entrecortado pronuncia:
Pater noster, qui es in coeli...
Las compuertas se abren
Santificetur nomen tum
Adveniat regnum tum
Fiat…
Un ejército iluminado por velas entra sigilosamente, un mar de hombres…
Panem nostrum qotidianum da nobis hodie
Et dimitte nobis debita nostra
Sicut et nos dimittimus debitoribus nostris
Et nenos inducas in tentationem
Sed libera nos a malo, Amén.
Se oye el canto gregoriano y prende la llama de la capilla, humo negro sale en San Pedro. De repente una flecha griega, que viajó a través del túnel temporal, atravesó el ambiente oscuro del lugar. Una flecha plateada, brillante y que dejaba una estela a su paso. Esperando ver que más ocurría, se quedó pasmado, viendo como la flecha con olor vengativo se clavaba en el suelo. La esquivé rápido, pero me dejó una herida extraña en el brazo, y ese olor no lo podré olvidar mientras viva, esa figura me estaba mirando, no me pude controlar, corrí y corrí hasta salir de ese horrible lugar, tan horrible como su vida. Un laberinto del cual no podría salir, ¿Qué hacer? ¿Contarle al mundo la verdad? Así quitaría el peso que lleva sobre sus hombros, pero para qué, sólo quedaban pocos días de vida.
Me retiro corriendo, el automóvil suena efímero, acelero, la fuerte lluvia me impide ver... Horror, la Fontana di Trevi, de aguas gélidas se muestra impetuosa... grito y cierro los ojos... Un muerto flota en el agua. Humo negro en San Pedro... Nadie sabe nada, sólo que un auto aceleró y su dueño desapareció en medio de la oscuridad, huyendo de la verdad.
Estaba mal, en estado de choque. No podía creerlo, pero era su realidad. Algo de lo que no podía escapar. Mientras más corría, más se le acercaban las garras, el espectro frío y húmedo que le hacía sentir ese mundo lúgubre y sin piedad.
Ya había llegado, ese era su fin, el mundo había acabado para él, sólo queda un sueño... el volver a vivir.
Fin...o no?
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